[...] Era la principal fiesta y a ella concurrían los curacas, señores de vasallos, de todo el imperio (...) con sus mayores galas y invenciones que podían haber. La preparación era estricta, pues en los previos "tres días no comían sino un poco de maíz blanco, crudo, y unas pocas de yerbas que llaman chúcam y agua simple. En todo este tiempo no encendían fuego en toda la ciudad y se abstenían de dormir con sus mujeres". Para la ceremonia misma, las vírgenes del Sol preparaban unos panecillos de maíz. Ese día, el soberano y sus parientes esperaban descalzos la salida del Sol en la plaza. Puestos en cuclillas, con los brazos abiertos y dando besos al aire, recibían al astro rey. Entonces el inca, con dos vasos de oro, brindaba la chicha: del vaso de la izquierda bebían sus parientes; el de la derecha era derramado y vertido en un tinajón de oro. (责任编辑:) |